Durante su exposición, realizó un análisis comparado de las legislaciones latinoamericanas en relación con este delito, abordando las distintas penalidades aplicadas en cada país. Destacó, en particular, la situación de la República Argentina, que aún no ha tipificado específicamente el tráfico de armas en su legislación penal.
Asimismo, instó a los asistentes a profundizar en el conocimiento de esta problemática, señalando que el tráfico internacional de armas es uno de los delitos transfronterizos más frecuentes. Explicó su impacto en la criminalidad organizada y en sectores marginales, así como su relevancia económica, advirtiendo que sus ganancias superan incluso las del tráfico de estupefacientes.
Finalmente, subrayó la necesidad de fortalecer la cooperación entre los países, tanto a nivel formal como informal, para prevenir el delito, identificar y detener a los integrantes de estas organizaciones criminales y decomisar los bienes utilizados y obtenidos a través de esta actividad ilícita.