El encuentro se llevó a cabo en la ciudad de Brasilia, capital de la República Federativa del Brasil, en la sede de la Dirección Técnico-Científica de la Policía Federal de Brasil. La actividad fue organizada por el Global Firearms Programme de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), con el apoyo de la cooperación alemana (German Cooperation – Deutsche Zusammenarbeit).
Durante las jornadas se desarrolló un intercambio técnico y político-criminal de alto nivel entre delegaciones especializadas de los países participantes. Se expusieron experiencias nacionales, se identificaron desafíos compartidos y se discutieron líneas de acción conjunta orientadas a enfrentar una problemática compleja y transnacional como lo es el tráfico de armas.
Asimismo, se abordaron fenómenos emergentes que plantean nuevos desafíos para la regulación y la prevención, entre ellos: el impacto ambiental derivado de la circulación y uso de armas de fuego, la caza ilegal, la fabricación de armas mediante impresión 3D, el empleo de drones armados y el desarrollo de sistemas de letalidad autónoma. Estas cuestiones han sido objeto de estudio y anticipación en nuestra obra “Tratado sobre tráfico ilícito de armas y delitos vinculados en el orden interno y global”, publicada por Editorial Ad Hoc, actualmente compuesta por dos volúmenes, con un tercero en curso de publicación.
En el escaso tiempo libre disponible entre las intensas actividades desarrolladas, tuve la oportunidad de visitar un sitio de gran relevancia histórico-política para la región: la estación de servicio ubicada en la ciudad de Brasilia donde, años atrás, funcionara un lavadero de automóviles que marcó el inicio de la denominada Operación Lava Jato, acaso el caso más emblemático y resonante de corrupción público-privada de América Latina. Sobre este proceso judicial, oportunamente publiqué el trabajo titulado “Consideraciones sobre la Operación Lava Jato”, en la Revista de Derecho Penal y Criminología de Editorial La Ley (Año VI, N.º 5, 2016, Buenos Aires, Argentina, pp. 201-212), donde analizo los antecedentes del caso, la figura del «colaborador eficaz» en el derecho brasileño, y los mecanismos institucionales para enjuiciar a un presidente de la República, tanto a través del juicio político (impeachment) como por la vía penal. Esta publicación puede consultarse íntegramente en esta misma página web, en la sección “Actividad Doctrinal”, bajo la categoría “Artículos de Política Criminal nacional e internacional”.
Como conclusión del encuentro, se destacó la importancia de mantener y profundizar este tipo de espacios multilaterales, que permiten conocer en detalle las realidades específicas de cada país, construir redes de cooperación institucional y avanzar hacia respuestas coordinadas y eficaces.
Una reflexión final atravesó las distintas exposiciones: más allá de las particularidades nacionales, se consolida el diagnóstico de que el tráfico ilícito de armas y el narcotráfico no constituyen fenómenos aislados, sino que forman parte de un entramado criminal estructuralmente interconectado. La evidencia demuestra una retroalimentación constante entre ambos circuitos: intercambio de bienes ilícitos, rutas comunes, lógicas económicas similares y una geografía delictiva compartida.
En este contexto, urge replantear las estrategias estatales bajo una pregunta clave:
¿Debemos seguir abordando el tráfico de armas y el narcotráfico como fenómenos separados, o es necesario identificar cuál de estos –o su combinación– genera hoy un mayor impacto en términos de violencia, muertes, heridos y deterioro del tejido social?
Solo a partir de un diagnóstico riguroso será posible establecer prioridades con racionalidad y optimizar la asignación de los recursos públicos frente a las múltiples dimensiones del crimen organizado contemporáneo.